domingo, 14 de julio de 2013

Limpia con limpio


Limpiarías la mesa donde comes con una bayeta mugrienta? Limpiarías los cristales con un trapo lleno de grasa?
La respuesta es que no, obviamente. 

Siguiendo ese mismo principio de higiene y limpieza, los electrodomésticos también necesitan un mantenimiento. Principalmente por motivos de salubridad    ,aunque también podemos añadir el complemento estético, limpiamos con cierta frecuencia la nevera, los filtros del lavavajillas y otras "máquinas" que tenemos en casa. Me sorprende la cantidad de hogares donde la lavadora no entra en esta lista.

Las ventajas son muchas. Prolongamos la vida útil del aparato, evitamos la formación de olores, se previenen colonias de bacterias y nuestra ropa saldrá perfectamente sí usamos los programas adecuados ( la siguiente entrada será dedicada a este asunto).

Para comenzar con el mantenimiento de la lavadora es conveniente dar un vistazo a las instrucciones que entrega el fabricante para tener en cuenta algunos aspectos de seguridad y también conocer algunas funciones que vamos a utilizar: lavado con agua caliente, detener un programa y el programa de descarga.

Como lo hacemos?
Primero vamos a necesitar:
-Un cubo o barreño
-Detergente para lavadora
-Lejía 
-Amoniaco 
-Una bayeta 
-Un cepillo de uñas
-Quitagrasas. 


Paso 1: Lavado del tambor y el interior.

Cerramos la puerta de la lavadora y abrimos el cajetín del detergente. Vertemos un buen cubo de agua o dos barreños (con cuidado) através del hueco del detergente.

Pulverizamos un par de toques de quitagrasas en el mismo hueco, añadimos un chorro generoso de lejía y un cacito de detergente.
Ponemos un programa corto y seleccionamos la temperatura más alta. Sí tu lavadora no tiene esta configuración, selecciona el programa que lave con el agua más caliente.

Mientras este funcionando vigilaremos el nivel de espuma. La idea es que al añadir el extra de agua y el quitagrasas se llene el tambor de una espuma desinfectante y desincrustante. La mantenemos lavando unos minutos y cortamos el programa. 
Ahora seleccionaremos el programa de descarga y dejamos que concluya.

Volvemos a poner el programa de lavado para que se aclare pero lo dejamos menos tiempo para evitar que la espuma que quedó del lavado se crezca. Volvemos a descargar y cuando termine la dejamos con la puerta abierta para que se seque.


Paso 2: El cajetín del detergente.

Casi con toda seguridad será el lugar donde más mugre se junte. 
Los restos de detergente y suavizante junto con la humedad se corrompen y dan lugar a un moho de color negro.


Siguiendo las instrucciones del fabricante  lo retiramos y lo metemos en remojo en un barreño o cubo con un chorro generoso de amoniaco para que ablande la mugre. Después para limpiarlo nos podemos ayudar del cepillo o de un estropajo. No debería ser difícil que quede así:


Paso 3: La escotilla y el exterior.

Es probable que el cristal de la escotilla o puerta con el paso del tiempo se termine rallando, pero la mayoría de las manchas seguramente serán restos de jabón.

Con una bayeta empapada en amoniaco la podemos limpiar y sí esta muy incrustado, aunque no es recomendable, frotar un poco con el estropajo.
El resto de el exterior el fabricante aconseja siempre agua jabonosa, pero con una bayeta y amoniaco queda muy limpio y no se dañan los plásticos y metales.


Nota 1:

Es conveniente conocer el tipo de agua que hay en tu zona en cuanto a su dureza. Las aguas duras o muy duras crean formaciones de cal que acortan la vida de los electrodomésticos y hace que  tengan más averías. En la zona de Madrid que es donde yo resido el agua es blanda por lo que no hay preocupación. Sí el agua de tu zona es de dureza media es muy aconsejable un par de veces al mes hacer un lavado en vacío con aproximadamente 1 litro de vinagre. Sí la dureza es alta, es mejor utilizar productos específicos antical.
Puedes consultar el tipo de agua de tu zona en la página www.sistemagua.com. Si no, en la etiqueta de los detergentes suele venir un mapa por comunidades.

Nota 2: 

MUCHO CUIDADO CON EL AMONIACO Y LA LEJÍA. 
Por separado no tienen peligro, pero sí mezclan se crea una reacción química que desprende cloro en estado gaseoso.
El cloro es muy peligroso y perjudicial para la salud. Sí por error o un descuido se mezclan abre inmediatamente todas las ventanas y sal de esa zona. Deja que ventile bien y después con un trapo cubriendo las vías respiratorias o una mascarilla limpia todo bien y aclara con abundante agua. Sí lo inhalas accidentalmente y no te encuentras bien no dudes en llamar al instituto nacional de toxicologia 915 620 420 o en solicitar asistencia sanitaria através del 112 emergencias.

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